Desde sus tres elementos:
1. Temperamento | No se puede cambiar
2. Carácter | Decisión
3. Educación | Lo que se aprende, lo que se tiene, el medio en el que se desarrolla
Muy bien, pues como siempre los lunes
tenemos nuestro tema teológico,
pero dentro de la teología
hay una rama que es la cristología
que es el estudio de la personalidad de
Cristo tanto como Dios que como hombre.
Eh, recordando como una introducción al
tema, que no es que sean dos personas,
el hijo de Dios hecho hombre por un lado
y la segunda persona de la santísima
trinidad por otro. En el caso de Cristo
son dos naturalezas,
es lo correcto. Dos naturalezas.
La naturaleza humana
es de la que hablaremos hoy y la
naturaleza divina
que es más propiamente la cristología.
Sin embargo, la cristología tiene una
rama muy especial, terriblemente
interesante, que es justamente el
estudiar a Cristo en cuanto ser humano.
en cuanto ser humano que estuvo en el
vientre de María, que nació como
cualquiera otro niño, que creció, que
aprendió, que convivió con sus
compañeritos eh en Galilea o donde haya
estado, en diferentes lugares, en Belén,
que tuvo las emociones
propias de un ser humano a lo largo de
su corta vida como ser humano, 33 años.
entre su nacimiento y su resurrección,
33 años. En ese lapso no se dice lapso
de tiempo, por cierto, se dice lapso
nada más. En ese lapso Cristo manifestó
a los contemporáneos y a los que
posteriormente
estudiamos su personalidad.
Cristo experimentó todas las emociones
humanas,
la cólera, el miedo, la tristeza,
la indignación,
la ternura, el amor.
Todas las emociones de las que es capaz
el ser humano, mencioné algunas de las
más importantes, formaron una parte
intrínseca de la personalidad de Cristo,
porque no fue una especie de Superman,
eh, el hombre de acero, como le llama la
caricatura, sino un hombre de carne y
hueso,
capaz de sentir todas las emociones
humanas Y es justamente de lo que nos
vamos a ocupar eh algunos lunes eh los
necesarios para entender principalmente
el aspecto práctico del tema, cómo
cultivar un carácter similar al de
Cristo.
Así que no vamos a hacer una
presentación teórica de la personalidad
de Cristo, sino una invitación,
una invitación práctica
a cómo cultivar un carácter similar al
de Cristo. Es posible.
Muchos santos lo han experimentado con
gran éxito y esto ha sido motivo de su
canonización,
motivo de su fama, de su capacidad para
hacer milagros, para hacer cosas
extraordinarias,
para fundar eh órdenes religiosas que
han trascendido de manera maravillosa su
propia historia y su propio lugar de
nacimiento, de fundación
Y entonces estamos en el tema ya, cómo
cultivar un carácter similar al de
Cristo.
La preocupación principal del hombre en
la vida
no debiera ser la adquisición de oro,
fama, ni posesiones materiales o poder.
No debiera ser la ejecución de proezas
físicas,
ni debería ser algo relacionado con la
fortaleza intelectual.
No, sino
que su meta debería ser la más elevada
posible en esta vida, que es el
desarrollo de un carácter similar al de
Cristo.
Una personalidad cualquiera, tal vez
algunos lo recuerden o tal vez otros no,
lo voy a aclarar nuevamente. La
personalidad completa está formada por
tres elementos.
En toda criatura humana, para lo que es
el la personalidad, se dan siempre tres
elementos. ¿Quién me dice cuáles son?
Nadie.
Nadie recuerda. Temperamento.
Uno, temperamento.
Carácter.
Carácter. Ajá.
Carácter. Dos.
Y el tercer elemento, que es el primero
que aparece,
la educación.
La educación recibida,
el carácter decidido por la propia
persona, porque el carácter es decidido
por cada quien.
Muchas veces no podemos evitar lo que
nos pasa en la vida, pero sí podemos
controlar nuestras reacciones
ante lo que nos sucede.
Eso se llama carácter.
Lo que decidimos hacer con la educación
recibida
y con el carácter hereditario.
El temperamento es inmodificable.
Te vas a morir con el mismo temperamento
que naciste,
con el mismo temperamento que te has
desarrollado toda tu vida, con ese te
vas a ir a la tumba.
Entonces,
educación,
carácter, temperamento.
La educación es la que dan los padres y
similares.
El carácter es lo que decide cada quien
desde su adulto y el temperamento es lo
genético,
lo hereditario, a través de los genes,
que define no solamente el sexo, sino
que define si somos coléricos o
románticos o sentimentales
o intelectuales o emotivos,
eh, o apasionados o ser o como se dice
por ahí con sangre de atole en las
venas, tranquilos,
moderados
y autocontrolados.
Eh,
entonces hay un personaje muy
interesante,
pero yo lo he convertido en uno solo, en
un solo personaje,
eh, en donde están los grandes
escritores como Gilbert Kate Chesterton,
con verso inglés, Jacques Maritán, con
verso francés, León Tolstoy,
eh católico ruso,
eh y otros muchos personajes, tanto
sudamericanos y mexicanos como europeos
y ya sea nórdicos o
de la parte media de Europa, que son los
famosos eslavos. Y todos esos
intelectuales
han comprendido la importancia enorme
que tiene desarrollar un carácter
íntegro,
tomando como modelo el el carácter del
Salvador,
del salvador de la raza humana, del
Mesías Redentor.
Y entre todos ellos champurriaron la
idea hablando de Cristo, que en todos
los años de su relación con Cristo, en
su hogar, en la granja, en los negocios,
en la iglesia, nunca hemos sido testigo
de una acción ni una palabra, incluso
mientras domaba un caballo voluntarioso,
que dejara en mí duda alguna de que
sería y al final llegó a ser el
representante y profeta de nuestro Padre
Celestial.
Estos intelectuales tienen entonces en
común que lo mismo en el milagro de una
abeja que pone su miel que de un caballo
bravío y relinchudo
que deja tirado a la persona que lo
pretende montar hasta un atardecer, un
anochecer, un cometa que pasa, una
estrella que se contempla, una
constelación que se escruta,
sobre la cual se hace un escrutinio
cuidadoso a través de un telescopio eh
especial de esos que llaman telescopios
espaciales.
El ellos, todos estos intelectuales
famosos dicen que en todo ello, sin
variar hay trozos irregulares de granito
con los que el escultor se preparaba o
se prepara para tallar algo que parece
una visión mental. ¿Cuál visión mental?
la de el carácter de Cristo. Y también
señalan estos intelectuales cristianos
conversos en su mayoría que el
desarrollo de un carácter similar al de
Cristo es un proceso continuo y
cotidiano por el cual cada uno de
nosotros debe asumir la responsabilidad.
Con el fin de ilustrar ese principio
para los jóvenes. Describió así una
ocasión.
escribieron una ocasión en la cual en
Florencia, Italia, desparramados allí,
había trozos irregulares de granito con
los que el escultor se preparaba para
tallar algo que percibía como una visión
mental.
Si ustedes se hubieran encontrado en
aquel patio
y alguien les hubiera puesto en la mano
un cincel y un martillo,
se habrían atrevido a tomar uno de
aquellos bloques de roca sin forma y
tallar con él una imagen humana.
No hubieran podido hacerlo.
Definitivamente no. O si alguien les
hubiera colocado adelante de sí un
lienzo y les hubiera dado pinturas y
puesto en la mano un pincel, se habrían
embarcado en la tarea de pintar en ese
lienzo el retrato de una alma ideal.
Probablemente hubieran dicho en el
primer caso, no soy escultor y en el
segundo, no soy pintor, no puedo
hacerlo. Sin embargo, cada uno de
nosotros está tallando un alma en ese
mismo instante. Ahorita todos estamos
tallando una alma. En este preciso
instante estamos tallando un cuerpo.
¿Será algo deforme o sería algo
admirable y hermoso?
La responsabilidad es de cada uno de
nosotros.
Nadie más puede tallarla en su lugar.
Nadie más puede tallar nuestro carácter
en nuestro lugar.
Los padres podrán guiarnos y los
maestros podrán hacer sugerencias
útiles.
Pero todo joven, todo hombre o mujer
tiene la responsabilidad
de tallar su propio carácter.
La formación de nuestro propio carácter
es probablemente la responsabilidad más
grande que nos ha dado Dios.
A continuación, estos intelectuales,
cuyo pensamiento es reunido,
proceden a describir los resultados del
taller
eh de un carácter íntegro, el de Cristo.
Si mantienen su carácter por encima de
toda posibilidad de censura,
no obstante lo que otros piensen las
acusaciones que les hagan, podrán llevar
en alto la cabeza y liviano el corazón.
y enfrentarse eh con el mundo de manera
imperturbable, es decir, sin que nada ni
nadie los turbe. Porque nosotros mismos
sabemos que hemos mantenido el alma
inmaculada en la búsqueda de tallar
nuestro propio carácter, buscando
parecernos al carácter de el Mesías, del
Salvador de nosotros.
Debemos esforzarnos, dicen ellos, por
seguir el ejemplo supremo del Salvador.
En este mundo
ha habido
solo un carácter perfecto,
solo uno. La inigualable personalidad de
Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, el
Redentor del mundo. Nadie podría tomar
un mejor camino que el de aceptar a
Cristo como el grandioso ejemplo y el
guía más seguro. Y no importa si eres
niño, niña, mujer, varón
o anciano de la tercera edad eh de
cualquiera de los dos sexos. Obviamente
no cabe un tercer sexo porque solo caben
varón y mujer como Dios los creó. Se
puede decir que en la vida homosexual lo
primero que vamos a encontrar es la
falta de carácter definido. Por eso es
nada más el carácter propio de hombres y
mujeres. Sin incluir aquí somos
bravamente excluyentes,
aunque el mundo nos acuse de eso, de
excluyentes. El cristiano es excluyente
de toda torcedura. de la naturaleza
humana, tal y como Dios la hizo. Así que
haciendo caso omiso y arrojando al
basurero de la historia cualquier
orientación que no sea varón o mujer,
continuamos.
Si deseamos saber cuál es la vida ideal
para llevar en nuestros semejantes,
entre nuestros semejantes,
encontraremos el ejemplo perfecto en la
vida de Jesús. Sean cuales sean nuestros
deseos nobles, nuestras elevadas
aspiraciones,
nuestros ideales en cualquier fase de la
vida, podemos contemplar la de Cristo y
hallar la perfección.
Las virtudes que se combinan para formar
ese carácter perfecto
son las siguientes. Grábenlas en su
cabeza. En primer lugar,
en primerísimo lugar, la verdad, lo
verdadero.
En segundo lugar,
las palabras y las acciones en armonía
con la ley divina y por lo tanto
verdadero.
El canal de comunicación
entre él y el Padre estaba abierto
constantemente, por lo que Cristo
siempre conocía la verdad, que se basa
en qué, en qué se basa la revelación
cristiana,
en qué se basa la verdad cristiana.
Perdón, me hice bolas con la
pronunciación.
La verdad es la base de la revelación.
Oye, la revelación es la base de la
verdad. Eso, ¿qué quiere decir? Que solo
lo revelado por Dios es verdadero en
materia de religión.
cualquiera otra. Alguien me preguntaba,
no sé quién en la mañana escribió un
mensaje, perdón,
y en ese mensaje escribió, si fue alguno
de ustedes, identifíquese.
¿Por qué hay tantas sectas?
Y le dije que hoy respondería en la
sesión.
Bueno, ¿por qué hay tantas sectas? ¿Por
qué hay tantas, entre comillas, verdades
subjetivas?
¿Por qué las solas sectas
norteamericanas protestantes alcanzan el
medio millón en toda la nación
norteamericana?
¿Por qué en una ciudad como Boston
existen alrededor de 50,000 sectas
diferentes?
por una sencilla razón, porque no se
basan en la revelación y por lo tanto no
pueden ser verdaderas porque no es
palabra de Dios.
Es la palabra de Dios deformada por las
expectativas humanas, deformada por los
caprichos y ambiciones humanas, pero no
es la palabra de Dios. Realmente
en este mundo ha habido solo un carácter
perfecto.
La inigualable personalidad de Jesús de
Nazaret, el hijo de Dios, el Redentor
del mundo. Nadie podría tomar un mejor
camino que el de aceptar a Cristo como
el grandioso ejemplo y el guía más
seguro para llegar a Dios.
Su ideal de justicia se resume en esta
admonición.
¿Alguien no entiende la palabra
admonición
o si la entienden todos?
No, yo no.
Yo no,
yo no. Admonición es una especie de
amonestación vigorosa.
Es elegante, pero es firme.
Es una invitación más poderosa que
ninguna otra similar para tomar un
camino correcto, el camino del bien, de
la verdad, de la belleza, de la unidad.
Así que todas las cosas que queráis,
dice esta admonición, todas las cosas
que queráis que los hombres hagan con
vosotros, así también haced vosotros con
ellos.
Mateo 7:12.
Su sabiduría era tan amplia y profunda
que abarcaba los tratos de los hombres y
los propósitos de Dios. ¿De quién está
hablando? de Cristo.
Cada una de las acciones que se ha
registrado en su vida corta, 33 años,
pero llena de acontecimientos,
era de una benevolencia que comprende el
amor y la caridad.
Su dominio propio ya se ha ejemplificado
con la potestad que tenía sobre sus
apetitos. Potestad que tenía sobre sus
apetitos y pasiones o en la dignidad y
serenidad que demostró frente a sus
perseguidores era perfecto, era divino.
La palabra,
a ver, por aquí, benevolencia. Alguno no
la entiende qué es la benevolencia.
Bien, parece que todos la entienden. La
benevolencia
del italiano yotibolio bene de latín
querer el bien del otro. Nadie como
Cristo quiere el bien y la salvación
eterna de todo ser humano. Él jamás
quiere la condenación, ni siquiera la de
Judas hubiera sido querida por él.
Pero lo único que hace inútil la
omnipotencia divina es la libertad
humana. Y si Judas se condenó, fue por
su propia decisión, no porque Cristo o
Dios Padre lo hayan mandado a la verlo,
sino por su malevolencia
opuesta a la benevolencia.
Hay láminas
que siempre me gusta mirar, digo yo.
La principal es la que representa a
Cristo ante Pilato.
Cuando ese oficial romano le dijo a la
multitud enardecida, "He aquí al hombre,
eche homo."
En Juan 19:5,
al decirlo, eche homo, señaló a Jesús
coronado de espinas, llevando sobre sus
hombros un manto de púrpura en son de
burla. señaló al que la muchedumbre
agitaba e insultaba, condenado como
criminal y blasfemo. Y sin embargo,
cuando dijo, "He aquí el hombre",
describió un ser perfecto en carácter,
perfecto en carácter, conquistador de
debilidades y tentaciones, y que podía
decir, como dijo su compañero de labor,
"Estas cosas os he hablado para que en
mí tengáis paz.
Confiad, yo he venido al mundo. Juan
16:33.
Él es nuestro modelo.
Nos conviene emular individualmente a
Jesucristo
por su carácter divino, aun cuando se le
rindan honores. Los cristianos no lo
honran porque haya sido un gran poeta,
¿no? O un gran científico tampoco.
O un gran descubridor, no.
ni por haber sido un gran inventor, ¿no?
O un gran estadista o un gran general
menos. Lo honramos porque fue un gran
hombre.
En cuanto al carácter, él era el
supremo,
el ser supremo.
Los pensamientos rectos son esenciales
para cultivar un carácter recto.
La clase de vida que todos llevamos,
nuestra disposición,
nuestra naturaleza
la determinarán,
determinarán nuestros pensamientos,
de los cuales nuestras acciones son solo
la expresión externa. Externa. El
pensamiento es la semilla de la acción.
Accionamos según pensamos.
La acción viene de a partir de lo que
pensamos.
El carácter brota de las profundidades
del alma. Díganme qué piensan cuando no
tienen que pensar y les diré qué son.
Una mente vacía es una mente buena para
nada. Y ya vive un especie de infierno
en la soledad y en la vacuidad, es
decir, en el vacío. Eso significa
vacuidad. de su mente.
Los pensamientos nos hacen ser lo que
somos.
Con la misma precisión y seguridad que
el tejedor forma las flores y las
figuras con la trama y la ordimbre de su
telar, así también se mueve
continuamente la lanzadera del
pensamiento.
Lanzadera es un instrumento que sirve
para hacer telas.
Así se mueve la lanzadera del
pensamiento, formando el carácter e
incluso modelando las líneas de nuestras
facciones.
Sí, muchas veces de solo ver a una
persona sabemos qué música trae por
dentro o qué ruido trae por dentro o qué
vacío trae por dentro o qué odio lo
consume constantemente.
Podríamos hacer todo un análisis de
figuras como los personajes que comandan
la cuarta putrefacción y con solo verlos
hablar, con solo eso sabemos lo infernal
de sus acciones.
Ningún principio en la vida, recalcó el
gran maestro, nuestro Señor, de forma
más constante que la necesidad de tener
buenos pensamientos.
Es la principal recomendación que yo les
haría a todos a partir de esta lección,
la absoluta necesidad de tener buenos
pensamientos, porque de estos buenos
pensamientos se van a derivar nuestras
buenas acciones.
Para Cristo el hombre no era lo que
aparentaba ni lo que profesaba hacer con
sus palabras. lo que el hombre pensaba
determinaba, determinaría en todo caso
lo que él es, lo que él era, sus
pensamientos, lo que pensamos.
Ningún maestro ha hecho mayor hincapié
que él en la gran verdad que dice,
porque cual su pensamiento en su
corazón, tal es él.
Es un español antiguo, difícil, pero lo
repito, porque cual es su pensamiento en
su corazón, tal es él.
¿Qué quiere decir? que el pensamiento
define a la persona
como malediciente,
como maldiciente, como benevolente,
como persona de bien, capaz de emprender
acciones de bien.
sus enseñanzas respecto al deber del
hombre hacia sí mismo,
es decir, las enseñanzas de Cristo con
el deber del hombre hacia sí mismo, así
como hacia su prójimo, están llenas de
la verdad de que en todos los casos el
pensamiento determina el derecho del
hombre a la felicidad o a su condenación
por el pecado.
El pecado surge de los pensamientos a
los que les damos permiso, causa y
expresión.
Ya sea que se sepa o no, todos los que
cometen la transgresión ponen eh pagan
el castigo del pecado y la indiscreción.
La intención que precede a la acción
deja una impresión indeleble en el
carácter. Y aunque el culpable trate de
mitigar su conciencia diciendo que este
pecado no cuenta, de todos modos cuenta,
y la marca que deje en su carácter se
destacará en contra de él el día del
juicio.
Imagínense el análisis
psicológico que podemos hacer de
personajes como la presirvienta o el
maloso del López Obrador con solo ver su
lenguaje corporal, sus expresiones
faciales, su movimiento de manos, sus
pensamientos, sus propuestas,
como cada cosa que hacen o dicen está
cargada de un odio letal hacia México
como nación. hacia el catolicismo como
expresión de relación con Dios y hacia
todo lo bueno que pudiera tener un
corazón humano.
Y esta este pecado que sí cuenta,
de todas maneras cuenta porque la marca
que deja en su carácter se destacará en
contra de él el día del juicio.
El día del juicio, conoceremos los
pensamientos más recónditos,
más secretos de todo ser humano. Todo
quedará exhibido y nada habrá oculto
bajo el sol.
Nadie podrá esconderse de sus
pensamientos ni escapar de sus
inevitables consecuencias.
Así que tomemos la decisión de ser bien
pensados, de ser benevolentes, porque
eso marcará nuestro destino final por el
resto de la eternidad.
El Salvador sabía que si la mente se
encaminara en la dirección correcta, el
y si el pensamiento y la tendencia malos
pudieran resistirse, la mala acción se
reduciría al mínimo. Jesús no subestima
la seriedad de estos casos, ni dice que
no se deben castigar, pero hace destacar
la mayor importancia que tiene mantener
el pensamiento limpio, la mente pura. Un
árbol malo dará mal fruto, un buen árbol
producirá fruto bueno. Mantengan el
árbol puro, los pensamientos puros, y el
fruto y la vida serán puros por el resto
de la eternidad.
Un carácter recto es resultado
únicamente
de un esfuerzo continuo y de un
pensamiento y pensamiento
recto, de un esfuerzo continuo y de un
pensamiento recto. El efecto de abrigar
durante largo tiempo ideas que se
aproximan a a la divinidad.
El que coloca a Dios en el centro de su
pensamiento se acerca más al espíritu de
Cristo. Y el que puede decir de corazón,
"No se haga mi voluntad, sino la tuya,
es el mejor de los mortales posible."
Véase Lucas 22:24.
Se acerca más al ideal que Cristo
representa cuando decimos de todo
corazón, lo pensamos, lo decimos y lo
hacemos. Pero primero que nada lo
pensamos. Hágase, Señor, tu voluntad así
en la tierra como en el cielo. Eso es lo
que más se parece, lo que más nos hace
parecernos a Cristo en este largo camino
en el cual estamos buscando todos los
días de forma continua parecernos a él.
A través del tiempo, las pequeñas cosas
de la vida forjan nuestro carácter.
No solo forman, forjan a golpes de
hierro candente con martillo también
candente.
Así como la inclinación y los pasos, la
inclinación de los pastos indican en qué
dirección sopla el viento. Hay pequeñas
cosas que indican la dirección de los
sentimientos y pensamientos de una
persona.
Las cosas pequeñas no son sino
partículas de las grandes.
El pasto no llega a la altura total de
súbito, sino que brota y crece tan
silenciosa y suavemente que ningún oído
podría oírlo. Quizás invisible también a
la vista más aguda
es el crecimiento de la hierba. La
lluvia no cae en un torrente siempre,
sino en pequeñas gotas. Los planetas no
saltan en un subita, sino que centímetro
a centímetro y línea por litra, línea
por línea van circunvalándolas,
es decir, en el movimiento de
circunvalación
enrededor de su estrella.
en el carácter de nuestro sistema
planetario, pues el sol,
el intelecto,
los sentimientos,
el hábito y el carácter, todo llega a
ser lo que es por la influencia de estas
cosas pequeñas.
Y en la moral y en la religión es por
las nimiedades,
las pequeñas acciones que cada uno de
nosotros se dirige, no en grandes
saltos, sino seguramente centímetro a
centímetro hacia la vida o la muerte
eternas.
La gran lección que debemos aprender en
el mundo de hoy es la forma de aplicar
los gloriosos principios del evangelio a
las acciones y los deberes aparentemente
insignificantes de la vida. Por parecer
algunas cosas pequeñas y triviales, no
pensemos que carecen de importancia.
Después de todo, la vida está hecha de
cosas pequeñas.
Nuestra vida, nuestro ser, funcionará
físicamente con los latidos de un
pequeño corazón. Si ese pequeño corazón
dejara de latir, la vida en este mundo
llegaría a su fin. El majestuoso sol es
una poderosa fuerza en el universo, pero
recibimos las bendiciones de su fulgor
porque nos llega en la forma de pequeños
rayos que sumados llenan al mundo de
luz.
La oscuridad de la noche se atenúa con
el brillo de lo que parecen pequeñas
estrellas.
Y así la vida del verdadero cristiano
está formada de pequeños actos benignos,
pequeños actos benevolentes que se
llevan a cabo en este momento, en este
instante, en el hogar, en el espacio, en
la organización, en el pueblo, donde sea
que nuestra vida y acciones concurran.
Lo que una persona sea hoy determinará
en gran parte lo que haya de ser mañana.
Lo que haya sido en el año pasado
marcará en gran medida su curso para el
año que tiene por delante. Día a día,
hora tras hora, el hombre forma el
carácter que va a determinar su lugar y
estado entre sus relaciones a través de
las distintas épocas de su vida.
Hasta aquí nuestra lectura, explicación,
comentarios de mi parte del día de hoy y
damos paso como siempre a sus preguntas,
dudas, aportaciones y comentarios.
¿Quién quiere comenzar? Adelante.