Feminizar al hombre está mal y
generara más caos y violencia, 2 nov. 2018, La Contra TV, citando a PragerU.com
Allie Stuckey, Host of Allie on CRTV & Relatable Podcast, dijo
en el video:
“Violaciones
asesinatos y guerra. Tienen algo en común: hombres.
Agresión,
violencia, ambición sin control por la conciencia, todo relacionado a la
“masculinidad tóxica” ¿cierto? Y la solución es obvia: hacer que los hombres
(sean) menos tóxicos.
THE SOLUTION IS OBVIOUS MAKE MEN LESS TOXIC
Hacer
hombres menos masculinos, hacerlos más como mujeres. Pero estoy aquí para
decirles que este modelo de pensar no solo se equivoca, sino que es
peligroso.
He aquí por qué.
Cuando se trata de asemejar al hombre y a la mujer, no se obtiene menos
“masculinidad tóxica” se adquiere más. ¿Porqué? Porque los hombres malos no se convierten en buenos cuando dejan de ser
hombres; se hacen buenos cuando dejan de ser malos.
La agresión,
violencia y la ambición desenfrenada no puede ser eliminada de la psique
masculina, solo pueden ser aprovechados. Y cuando son aprovechados, son
herramientas para bien, no para dañar.
Los
mismos rasgos que ocasionan destrucción, también vencen la tiranía. Los rasgos que fomentan la codicia, también
construyen economías. Los rasgos que llevan a los hombres a tomar riesgos
absurdos también llevan a los hombres a tomar riesgos heroicos.
La
solución a la masculinidad tóxica, no es menos masculinidad; es una sana
masculinidad.
Y
sabemos que aspecto tiene. Luce como un joven abriéndole la puerta a una chica
en su primera cita.
También
como un padre trabajando extensas horas para proveer a su familia.
O
un soldado dando su vida para defender su país.
La
creciente problemática de la sociedad hoy no es que el hombre sea demasiado
masculino, es que no son lo suficientemente masculinos.
Cuando los hombres
abrazan su masculinidad de una manera saludable y productiva, son líderes,
guerreros y héroes. Cuando niegan su masculinidad, huyen de las
responsabilidades, dejando la destrucción y desesperación a su paso.
Y las
consecuencias pueden ser vistas por doquier. Uno de cada cuatro padres vive
alejado de sus hijos. Y los niños que crecen sin un padre, tienden más a
deprimirse que aquellos que tienen una madre y un padre.
Tienen un riego
mayor de encarcelamiento, embarazo adolescente y pobreza.
71% de los chichos
con bachillerato trunco, crecieron sin padre.
De todas las rocas
sobre las que construimos nuestras vidas la familia es lo más importante. Y
estamos llamados a reconocer y honrar cuán crítico es cada padre para esa
fundación.
Eso fue dicho por
el entonces Senador Barack Obama, en 2008. Cita textual: “Si somos honestos con
nosotros mismos” continuó. “Admitiremos que demasiados padres faltan en
demasiadas vidas y demasiados hogares”. (incluso lo dijo él, siendo impulsor de
políticas contra la familia).
Por mucho que
tratemos de negar la necesidad de la fuerza masculina en la sociedad, no se
puede negar su necesidad. Las familias saludables y las comunidades fuertes
dependen del liderazgo y la valentía de los hombres buenos.
Sin
embargo, la tendencia actual es a feminizar hombres jóvenes, con la esperanza
de lograr una utópica noción de igualdad y paz.
[NO EXISTEN NUEVAS MASCULINIDADES,
SOLO EXISTE UN TIPO DE MASCULINIDAD, LO DEMÁS SON ANORMALES EXIGENCIAS DE
PASIVIDAD Y SUMISIÓN]
Y
comienza en las edades tempranas. En el aula
de la escuela los niños son invariablemente “el problema”. El patio de recreo
juegos agresivos como luchar han sido desterrados hace mucho tiempo. Les decimos a los jóvenes que su deseo intrínseco de
competir es incorrecto.
Todos obtienen un
trofeo. Que no corra el marcador. Esta
inclinación antimasculina continúa a través de la secundaria y en el lugar de
trabajo. Ello ha creado millones de hombres tentativos, mujeres infelices y
niños y niñas confundidos.
Aquí
hay un secreto que todas las mujeres saben, las mujeres quieren hombres reales:
hombres con los que puedan contar, y, si, admirarlos. Ninguna cantidad de
teoría feministas cambiará eso.
No
conozco a ninguna mujer de ninguna edad, que se sienta atraída por un hombre
pasivo que busque ella sea su proveedora, protectora y líder.
Cada
mujer que conozco quiere un hombre fuerte y responsable.
Eso no es una
consecuencia de una construcción social o presión cultural: es innato.
La
devaluación de la masculinidad no terminará bien, porque los hombres pasivos y
femeninos no detienen el mal. Los hombres pasivos no defienden, no protegen, ni
proveen. Los hombres pasivos no lideran. Los hombres pasivos no hacen las cosas
que esperamos que los hombres hagan para la sociedad prospere.
En su libro: “La
Abolición del hombre”, el filósofo social inglés, C S. Lewis escribe sobre este
problema. Él describe la tensión “entre el hombre cerebral y el hombre
visceral”. “Por su intelecto”, explica Lewis el hombre “Es un mero espíritu y
por su apetito meramente animal”.
Necesitamos ambos
(Spirit and animal).
Quítale
uno (sal de la realidad) y te queda un hombre que es débil o malvado
(anormal, contra su estado óptimo). Y en un mundo de maldad los hombres débiles
solo están a la orden de hombres malvados. Violación, asesinato, guerra.
Todos
ellos tienen dos cosas en común: hombres malos quienes violan, asesinan y
pelean y hombres débiles que no los detendrán; Necesitamos buenos hombres que
lo hagan. No es la masculinidad lo que es tóxico. Es la falta de eso.
Soy Allie Stuckey
para la Universidad de Prager.
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