La feminista como manifestación del arquetipo de la bruja universal




La feminista es una manifestación del arquetipo de la bruja figura amante del demonio que representa el mal, lo contra natural, lo contrario al orden armónico de los cielos y la naturaleza, presente en la imaginación de todas las culturas ambas figuras, como arquetipos que concentra todos los elementos malignos del genero femenino, la feminidad tóxica.

Por ejemplo, para el pueblo ruso Baba Yaga es la figura de la bruja infanticida (bruxa, gallego-portugues) devora niños por excelencia, parte del folklore ruso que representa en la psique del pueblo, la imagen de un enemigo, la peor desgracia en la que involucionó una mujer degradada física, mental y espiritualmente en guerra contra la humanidad, dios, lo bueno, las cosechas, los niños, etc.

Mujeres malhumoradas, sucias, sin arreglo personal, que matan niños (ahora es el aborto), viejas, con sentimientos de odio contra la humanidad a la que definen como teóricamente "patriarcal", que se congregan con otras brujas (aquelarre) a su vez para conspirar contra el mundo y rendir culto al macho cabrio, representante de una figura masculina maligna (George Soros o el feminismo, palabra del género masculino), macho opresor, macho ideológico, con la que ellas fornican, copulan, sin llegar a concebir, es un sexo estéril, mujeres sin hijos, que odian a la humanidad, y por ende al creador de ésta.

La bruja es la feminista, o mejor dicho, la feminista es la bruja contemporánea, sus poderes siguen siendo los mismos el engaño, la mentira, la manipulación, las intrigas, el hechizo, la intoxicación de la vida, el rito, el atentado contra la sociedad, el comportamiento gregario, especie de orda neo-pagana, cultos demoniacos al clitoris y al género, teorizaciones rebuscadas, evasión de la realidad, aquellas que abraza el mal, y lo vuelven una doctrina y forma de vida, y practica el infanticidio sin limites, promoción del aborto, asesinato de niños, con la única condición de despedazar a los niños al interior del cuerpo de la madre.

Es así como podemos concluir que el feminismo es un arquetipo del mal, el arquetipo de la bruja, las feministas no lo niegan, se ponen nombres como "Brujas del Mar" (Brujas del Mal, con "l" en vez de "r"), que aliena y secuestra la mente, vida y cuerpo de las mujeres (los privatiza), como un opresor enemigo teórico de la mujer, que usurpa roba, privatiza, teoricamente el titulo autoarrogado, autoproclamado, plagiado de ser "defensor único de la mujer" resevandose así mismo el derecho de explotación exclusivo sobre las mujeres, el titulo de defensor y su único opresor con legitimidad de oprimir a la vez que su defensor, su mentalidad monoteísta ideológico, por esta misma razón ataca a figuras arquetipos como las presentes en los cuentos tradicionales alemanes tales como "el príncipe azul" el hombre que rescata a la princesa (su defensor), porque desde el inició la mujer no ha de ser más bella, la mujer no ha de ser más hermosa, no ha de tener sentimientos bellos, no ha de amar, porque debe ser "bruja" amante esclava del macho cabrio para quien reserva su cuerpo, mente y alma, que hace esclavas de sus objetivos sexistas, como un medio para manifestarse en la realidad, e ir contra el orden natural, cualquier orden que no sea el suyo.

Igualmente, el feminismo atacara el arquetipo de la Eva del Génesis porque es costilla de Adán, compañera, y la bruja no debe ser compañera, sino de otras brujas, cuya intención es hacer más brujas, para devorar la vida de los niños, impedirla abortarlos.

El feminismo jamás ha dado ningún resultado en ayudar a las mujeres, en el presente esto es más claro grotesco y violento se presenta, no desciende la violencia contra mujeres, y por el contrario aumenta, por eso la muerte del feminismo opresor es necesaria. A la vez una tarea de hombres y mujeres definidos pareja defender verdaderamente los derechos de la mujer, que son protegidos, como pilar una estructura que es la familia. Pues la mujer es la principal victima del feminismo explotador esclavista y opresor, al individualizarla y entregarla a la degradación, de tener que someterse a las intenciones de clan, orda, o sociedad secreta de brujas, para sentirse protegida, cuando la realidad es que esta siendo explotada, alienada y oprimida, por el arquetipo del macho cabrio que es el feminismo.

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