Resultó asombroso escuchar la locura de querer imponer el vasco y el dialecto catalán desde el gobierno originando que la gente no pueda ni decir el nombre de la estación del omnibus.
En México la locura indigenista racista ha hecho que los presentadores de noticias no puedan pronunciar los nombres de municipios.
La izquierda odia el español porque es una lengua muy completa.
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