Mientras en el mundo el mal dispone de armas, dinero y Ejércitos, aparatos de espionaje, la Iglesia Católica ya no dispone de la Inquisición, Estados Cristianos, Ejercito ni de fieles católicos serios. Eso nos pone de manifiesto la desigualdad con que la Iglesia se enfrenta a la Sinagoga de Satanás, masonería, herejes, y paganos.