2025/05/09

San Agustín en Date un Blog, divulgación científica sobre la definición del Tiempo, difícil para cualquier físico

Mas yo, joven miserable, sumamente miserable, había llegado a pedirte en los comienzos de la misma adolescencia la castidad, diciéndote: «Dame la castidad y continencia, pero no ahora», pues temía que me escucharas pronto y me sanaras presto de la enfermedad de mi concupiscencia, que entonces más quería yo saciar que extinguir. Y continué por las sendas perversas de la superstición sacrílega, no como seguro de ella, sino como dándole preferencia sobre las demás, que yo no buscaba piadosamente, sino que hostilmente combatía. Confesiones, San Agustín. https://www.augustinus.it/spagnolo/confessioni/conf_11.htm

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