Susana Ben Susón se cuenta fue una devota conversa que desbarató los planes de su padre, el poderoso judío banquero falsamente convertido al cristianismo, Diego Susón.
El padre de Susana era un "marrano" (así se le llamaba a los judios que falsamente decian convertirse al cristianismo por benefios economicos puramente).
Si bien eran mal visto por ser tendencia la poca sinseridad de su conversión, Diego Susón fue autor de una revuelta mediante boicot económico con que pretendia diezmar a los Reyes Católicos por solicitar al Papa la instauración del Tribunal del Santo Oficio, el cual de inmediato combatio toda clase de herejes gnosticos, entre ellos notoriamente las desviaciones judaizantes.
Era el terror de los herejes.
Los judios muchas veces habian atentado contra la Corona y habian ocasionsdo grandes desgracias a la peninsula iberica como en el año 711 -Año de la Invasión Musulmana- los judíos fueron quienes abrieron las puertas al enemigo contra los visigodos.
ESTA VEZ SE TRATABA DE UN PLAN QUE NO SE ACABARIA CON EL BOICOT, SINO CON ASESINATO SANGRIENTO DE LOS QUE DENUNCIARAN ANTE LA INQUISICIÓN A LOS FALSOS CONVERSOS.
ELLOS TAMBIÉN PLANEARON HACER INFECCIONES CON PESTE NEGRA EN POSOS DE AGUA.
LOS JUDIOS PUEBLO MILENARIO ERAN SUPERIORES EN CONOCIMIENTOS DE MEDICINA, SABIAN COMO CONSEGUIR SUS EXIGENCIAS EXPLOTANDO QUE LA INQUISICIÓN NUEVA EN ESPAÑA NO HABIA COMBATIDO LO SUFICIENTE LA SUPERSTICIÓN (LA PESTE VENDRIA SER UNA MALDICIÓN JUDIA CONTRA LOS CRISTIANOS, lamentable pues ese mismo rumor judío se volvio más en su contra de los mismos judíos).
LOS HISTORIADORES JUDIOS LLAMAN TRAIDORA A SUSSY POR ENAMORARSE DE UN CRISTIANO Y CONTARLE EL PLAN DE SU PADRE, MÁS AÚN POR VOLVERSE CRISTIANA.
Los infieles judíos maldicen siempre que pueden a Jesucristo con toda clase de insultos grotescos, más información "Talmud sobre Cristo".
También odian a Saulo de Tarso, convertido en San Pablo el peor enemigo del judaísmo.
Odiaron al General Francisco Franco (de remotos orígenes judíos) por haber frustrado el desmantelamiento de España y la dictadura comunista de la Segunda República Española, y por decidirse a favor de Hitler y ser católico fervoroso.
A la fecha esta mafia mundial aborrece al inquisidor Tomas de Torquemada, de ancestros judios, el inquisidor conocido como el tormento de los herejes usureros, el relámpago de España, el martillo de los herejes, el protector del país, el honor de su orden.
Otras muchas veces las mafias maldecirán en secreto la memoria del gran Jacob Alexandrovich Brafman, quien con su denuncia frustro los criminales planes subterráneos de la conspiración judía mundial contra Rusia, ante el Zar Alejandro II de Rusia, condenado a ser recordado como un "maldito traidor".
También aborrecen al exrabino Pablo Rosen autor del libro Satán y C.I.A. donde revela el trasfondo diabólico del judaísmo y la masonería.
Como odian a Joseph Burg, quien denunció la farsa del Holocausto.
Aborrecerán aún más a Benjamín Freedman, por revelar los crímenes de la elite mundial y sus ritos apostatas de perversión y pecado como el Yom Kippur.
Aborrecen al buen Hermano Nathanael converso del judaísmo al cristianismo, quien se arriesga a morir revelando los secretos diabólicos del Talmud.
Los sionistas aborrecen al honesto converso Israel Shamir, odian a Jack Bernstein, autor del libro "La vida de un judío americano en el racista marxista Israel", quien denuncio como matan a sus enemigos la mafia global, lo que le llevo a morir en extrañas circunstancias.
El converso Ariel Toaff autor del libro "Pascua de Sangre", confirma con pruebas la existencia de asesinatos rituales de niños en la Edad Media y que no hay pruebas de que esta extraña costumbre halla cesado.
Seguramente habra muchos otros que rompieron con los planes del internacionalismo sionista-marxista.
Los conversos sinceros, merecen respeto y protección. Porque enfrentarse a una mafia criminal tan despiadada por hacer lo correcto tiene mucho mérito. Por lo general, la elite los manda a matar, diciendo que fueron asesinados por algún antisemita, o los acusa de crímenes grotescos, y les elimina de la vida pública para siempre. (Veasé el libro: Los peores enemigos de nuestros pueblos de Jean Boyer).
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